El juego de azar y la adicción al juego están muy presentes en nuestro blog. Retomamos nuestra saga de artículos relacionados con la ludopatía, o adicción al juego, ya iba siendo hora de explicar precisamente…
En qué consiste un juego de azar
Características, requisitos, consecuencias. De todo ello hablaremos un poco aquí, hoy, y seguramente dediquemos más artículos en el futuro, profundizando en alguno de esos aspectos. Os hablaremos de sus orígenes, de su historia… Pero hoy empezamos por su identificación poniendo un ojo en la trayectoria del Doctor Chóliz y resumiéndola en base a la experiencia de Metta Alpha.
Existen dos puntos omnipresentes en los juegos de azar:
- Son impredecibles
- Hay dinero de por medio
La suma de estos dos factores los convierten en una bomba de relojería. Vayamos por partes. Que sean impredecibles hace que el adicto al juego no tenga poder alguno sobre el desarrollo y/o el desenlace del juego.
No poder predecir se exacerba el factor riesgo
No depende de tu habilidad, ni de tu constancia, ni de una lógica aplicada: puedes tirar cien veces los dados y te sorprenderán en todas ellas. Esto genera un subidón de adrenalina que hace que el jugador adicto pierda el control sobre si mismo y juegue y apueste sin freno. Pero siempre con la falsa conciencia de creer que lo tiene controlado. Esta falsa creencia redobla las ganas de jugar aferrado a un autoengaño, o a varios, entre los que podríamos destacar: «Puedo dejarlo cuando quiera», o «Esta vez voy a ganar».
Que haya dinero de por medio agudiza la gravedad de esta adicción
No son pocas las apuestas impulsivas que han destrozado a una familia. Los adictos al juego no tienen conciencia de que «la banca gana siempre». Es más, si existen los juegos de azar es precisamente porque quien los organiza gana y deja las migas a los jugadores para alimentar su autoestima, reforzar su dependencia y garantizar que seguirán ganando a su costa.
Esta obviedad la puede ver alguien que está fuera de los juegos de azar. Pero no lo ve un adicto que, como decíamos, se sentirá con pleno control sobre el juego, e insistimos que su principal característica es que son impredecibles. Y lo que es peor, pensará que no puede perder y todo cuanto apueste regresará con creces. Esa es la base del adicto al juego. Esa es la causa de tantas familias destrozadas y tantas economías familiares arruinadas.
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