El tratamiento no es único, como tampoco hay un perfil único de paciente. Puede variar, y varía, en función del entorno, de muchas formas distintas y por diferentes periodos de tiempo.
Dado el carácter crónico de la drogadicción, una de cuyas características son las recaídas ocasionales, por lo general no será suficiente con un único ciclo de tratamiento, a corto plazo.
Para muchas personas, el tratamiento es un proceso a largo plazo que implica varias intervenciones y supervisión constante.
Si bien al principio suele ser normal asistir a terapias de 2 horas diarias, a medida que el adicto progresa se reduce la frecuencia de las mismas.
El tratamiento es un programa a largo plazo que permitirá la reintegración en la vida cotidiana del paciente de un modo progresivo.
Como complemento a la actividad terapéutica, propia del tratamiento, se hará un seguimiento continuo al paciente.
En ella recibirás:
*Totalmente personalizado para tu caso concreto.
La elección del centro dependerá del tipo de tratamiento que requiera el paciente y de la gravedad de su adicción.
Inmerso en un entorno de naturaleza y calma que favorece el éxito del tratamiento. En el centro residencial se realizan los tratamientos de ingreso y desintoxicación intensiva.
En este centro se realizan los tratamientos ambulatorios y de centro de día sin internamiento.
Desarrollar un plan para afrontar los incómodos sentimientos que afloran durante el proceso.
El primer objetivo del tratamiento es la interrupción del consumo de sustancias y de las prácticas a las que el paciente es adicto.
En ocasiones vendrá acompañada de medicación que evite el sufrimiento propio de los síndromes de abstinencia. Esto facilitará el paso al siguiente estadio del tratamiento.
A continuación llegamos a la fase de entendimiento de la enfermedad, y de reconocimiento de los hábitos. Estos últimos limitan al paciente e interfieren de manera negativa en su vida. Muchos de estos hábitos son los que inducen al consumo y refuerzan la dependencia.
Una vez localizados se sustituyen por otros que mejoran su calidad de vida y ayudan a su integración en el entorno.
En esta etapa se desarrolla un plan de acción junto con el paciente, con objetivos únicos y concretos.
También, se adquieren habilidades tanto personales como sociales que, debido a la adicción, se han corrompido o no han llegado a desarrollarse.
Por último, el paciente se reintegra totalmente en su medio, con la capacidad de desarrollar una vida sin dependencia.
Será capaz de reconocer, evitar y hacer frente a las situaciones que entorpecen el camino del adicto recuperado.
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