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El tratamiento ambulatorio es semiabierto. Es una opción intermedia entre el centro de día y el ingreso en centro residencial.
Además de tener terapias individuales y grupales, lo que permite esta modalidad de tratamiento es hacer permanentes unos hábitos saludables. Los pacientes tienen la obligación de levantarse a una hora concreta, por ejemplo, lo que permite mantener la higiene del sueño, se realizan talleres, horas de ejercicio y excursiones.
Dispone de un seguimiento continuado como complemento a la actividad terapéutica propia del tratamiento.
Este tratamiento suele durar un total de 12 meses.
Al principio, es común asistir a terapias diarias de dos horas de duración. Sin embargo, a medida que sea el adicto progresa, la frecuencia de las terapias disminuye.
Es un tratamiento para casos más leves de adicción y donde existe una buena predisposición del paciente al tratamiento a llevar a cabo dicho programa.
Una rehabilitación ambulatoria es una opción ideal para los pacientes decididos a dejar de consumir y que requieren un programa que funcione según sus horarios.
Serán aquellos casos en que el entorno del paciente, el grado de adicción, su salud, y su nivel de motivación permitan realizar el tratamiento íntegramente de forma ambulatoria.
En él se adquirirán y reforzarán las habilidades necesarias para afrontar con éxito una nueva vida sin consumo ni patrones adictivos.
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